terça-feira, fevereiro 27, 2007

Aclimatação instantânea a 9 mil metros

Ewa Wisnierska, parapentista alemana, participaba en el Campeonato del Mundo. Es absorbida por una tormenta y elevada a 9.000 metros en 15 minutos, altura en la que permanece por espacio de casi una hora. Su cuerpo decide perder el conocimiento como defensa, colocándose bajo mínimos. Finalmente, desciende, despierta, y aterriza sin mayores problemas ni daños, ni ningún tipo de secuela

«8.000 metros de ascenso en 15 minutos, sin aclimatación previa, en mitad de una tempestad. Temperaturas de -30ºC sin ropa adecuada. ¿Podría el cuerpo humano sobrevivir a algo así? Parece ser que sí, ya que es lo que le ha ocurrido a Ewa Wisnierska, parapentista alemana de 35 años que participaba en los campeonatos del mundo de Manilla (Australia). Y también parece que la defensa que utilizó su organismo fue una pérdida de conocimiento similar a una hibernación. Es el segundo caso de algo similar del que tenemos constancia en poco tiempo: hace 2 meses, toda la prensa publicó la situación del ciudadano chino que permaneció durante muchos días perdido en la montaña sin alimentos, y sobrevivió gracias a que su cuerpo hibernó.

La organización del Campeonato del Mundo anunció que los partes meteorológicos indicaban la entrada de una gran tormenta. Pero Ewa y una parapentista china ignoraron las advertencias, y decidieron lanzarse a volar.

Foto: DHV paragliding national team
Dos milagros han tenido como protagonista a Ewa en los dos últimos años

La tempestad les succionó, y por esas causalidades, arrojó contra el suelo a la parapentista china, que falleció al instante, mientras que elevó a Ewa a gran velocidad durante 15 minutos hasta los 9.000 metros de altura. Allí la temperatura podía rondar los -30ºC, y además estaba en el corazón de la tormenta: según ella, todo estaba helado, no había casi luz ni visibilidad, y los relámpagos la rodeaban por todos los lados. Además de la ausencia de oxígeno y la falta de aclimatación.

Su organismo decidió colocarse bajo mínimos, perdiendo el conocimiento durante el ascenso cuando estaba a unos 6.000 metros. Así permaneció por espacio de 45 minutos, a 9.000 metros. Finalmente, su organismo reaccionó. Al despertar, su gran experiencia (ha sido campeona del mundo de parapente), unida a una tremenda sangre fría, le hicieron ver que tenía que salir de la nube, lo que hizo inmediatamente. Empezó a descender y realizó un aterrizaje normal, con el cuerpo totalmente cubierto de hielo, eso sí. No sufre ningún daño, ni ningún tipo de congelación, ni secuela alguna, se encuentra perfectamente. Según dijo en rueda de prensa posterior, ya que no sabe a quien agradecerle esto, y es algo difícilmente explicable, simplemente le ha dado las gracias a los ángeles. Ángeles que tienen faena con la alemana. Porque Ewa (probablemente, una de las mujeres con mejor suerte del planeta) ya sufrió un terrible accidente durante el Campeonato del Mundo 2.006, cuando se le plegó el parapente estrellándose contra el suelo. Según afirman, es casi imposible no matarse o quedarse parapléjico con la caída que sufrió, pero ella tan "sólo" tuvo una rotura de cadera.

Aun con todo, y tras estos dos accidentes que sólo se pueden calificar de milagrosos, Ewa ha afirmado que seguirá volando, y que va a competir en este campeonato: "Volar es demasiado fantástico como para dejarlo por culpa de un accidente".
Barrabes
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